La Semana Santa es uno de los periodos del año que más reflejan la historia y las tradiciones de nuestro país. Tiene una enorme importancia, concretamente, en Castilla y León, comunidad que concentra una gran cantidad de celebraciones y actos declarados de interés turístico regional, nacional e internacional. Muchos municipios salen a las calles para vivir con devoción y respeto sus costumbres, invitando a los visitantes a sumarse a este sentimiento y disfrutar de unas festividades absolutamente únicas en el mundo.
LAS PROCESIONES DE MEDINA DEL CAMPO
Medina del Campo es una histórica villa de origen prerromano situada en la zona suroeste de la provincia de Valladolid, con una gran tradición ferial y mercantil. Presidida por el castillo de la Mota, que vio morir a Isabel la Católica, tiene en la Plaza Mayor de la Hispanidad el epicentro de sus celebraciones. Desde 1411 acoge las Procesiones de Disciplina más antiguas de España, declaradas Fiesta de Interés Turístico Internacional en el año 2011. Cada año, la Pasión medinense se abre el Viernes de Dolores con la salida de la Virgen de las Angustias, santa patrona, y culmina el Domingo de Resurrección. Durante diez días se suceden 17 desfiles penitenciales con más de una treintena de pasos (como las procesiones de la Caridad, de la Vera Cruz, del Encuentro o del Silencio) y cientos de fieles agrupados en nueve cofradías. Puede contemplarse la imaginería renacentista castellana más notable, junto a imágenes de escultores modernos y contemporáneos como González Macías, Ricardo Flecha, Manuel Romero y Mariano Nieto, entre otros.
En Medina, comarca dedicada a la agricultura y a la ganadería, los productos de la tierra son la base de su gastronomía, caracterizada, más que por la sofisticación, por el uso de una materia prima de calidad. Y aunque los medinenses viven la Semana Santa en la calle, hay otro escenario fundamental: las reuniones de amigos y familiares. Los días de Pasión se viven en torno al sabor del potaje de garbanzos y el bacalao cocinado de mil formas: al ajo arriero, al pilpil, en salsa verde... La tarde del Jueves Santo es costumbre antigua recorrer siete iglesias visitando al Santísimo; pero también lo es recorrer siete iglesias “de techo bajo”, es decir, bares, mesones o tabernas donde hay que “matar judíos”: beberse un vaso de limonada (sangría), con vino de la tierra, limón macerado y azúcar, acompañado con una torrija. Y el Domingo de Pascua, toca un buen lechazo de la tierra o un cochinillo asado al horno de leña al estilo de Medina, regado, por supuesto, con buen vino de la D.O. Rueda.
TORDESILLAS, NAVA DEL REY, OLMEDO Y VILLANUEVA DE DUERO
La Semana Santa de Tordesillas, declarada Bien de Interés Turístico Regional en 1996, data de los siglos XVI-XVII y se caracteriza también por su tradición, historia, arte y, sobre todo, por la intensidad con la que se celebra. Algunas cofradías cuentan con imágenes de la escuela castellana de gran valor artístico, como Nuestra Señora de las Angustias (de Adrián Álvarez) y la Flagelación (de Felipe Espinabete), dos de los pasos más importantes. De todas las procesiones tordesillanas, cabe destacar la del Encuentro Doloroso, el miércoles por la noche, en el marco incomparable de la Plaza Mayor, y la Procesión de la Pasión de Cristo, el Viernes Santo, donde se saca un total de catorce pasos acompañados de sus cofradías titulares.
Sorprenden al viajero por su emotividad, su singularidad y su valor ritual la Semana Santa de Nava del Rey, Olmedo y Villanueva de Duero.En Nava del Rey, además de las procesiones, dirigidas por hermandades históricas, destaca la singular representación teatralizada del “Lavatorio, crucifixión y descendimiento”, realizada desde el siglo XVII por la cofradía de La Misericordia –hoy, Santo Sepulcro– que se celebra el Viernes Santo. En Olmedo, la Semana Santa comienza el Domingo de Ramos con la “Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén”, y tiene otros momentos clave como el traslado del Nazareno, la procesión del silencio o el encuentro entre Jesús resucitado y la Virgen, tras la que las dos imágenes regresan juntas a la parroquia. Villanueva de Duero, que acoge cuatro cofradías, La Piedad, La Vera Cruz, La Dolorosa y El Nazareno; el Viernes Santo procesiona una espectacular talla de Juan de Juni, el Cristo Yacente.
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