Un viaje a través de las diferentes personalidades de nuestras bodegas te permitirá descubrir el modo en que una misma uva adquiere vida de muy diversas maneras.

En el subsuelo, escavadas a varios metros de profundidad, encontrarás antiguas galerías subterráneas, auténticos laberintos intactos desde la Edad Media que llegan hasta nuestros días como testimonio de una longeva tradición vinícola. También conocerás aquellas que, tras varias generaciones, han sabido mantener la tradición adaptándose a los nuevos tiempos y preservando la autenticidad de los viñedos familiares. Incluso aquellas que entienden la biodiversidad y la apuesta por una enología natural como su forma de vida. Y, por supuesto, bodegas de arquitectura vanguardista, majestuosas y precisas, que han puesto la tecnología y la innovación al servicio del vino.

Elijas la que elijas, tras cada una de ellas y sus vinos hay una pequeña gran historia por descubrir, un paisaje por recorrer, un terruño que saborear y, sobre todo, una gran experiencia por vivir. Las bodegas de la Ruta del Vino te ofrecen un amplio abanico de posibilidades para adentrarte en el maravilloso mundo del verdejo.